Es un juego muy muy sencillo… quizá demasiado. Apto para cualquier edad (quizá sea más adecuado para niños). Si buscas un mínimo de complicación, olvídate de él. Muy rápido de jugar, se basa en intentar coger la psicología del contrario. Cada uno tiene un personaje, pero sólo lo sabe el que lo lleva. Y por turnos puedes ir moviendo cualquier ficha. Se trata de perjudicar a los demás y beneficiar a tu personaje… pero sin que los demás se den cuenta, así que tendrás que disimular y perjudicarte de vez en cuando para que no se den cuenta de quién eres realmente. A la vez que intentas cazar quienes son los demás.
Está bien para una pachanga rápida, pero nada más.
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